jueves, 20 de noviembre de 2014


Foto vía  @sperezdecamino
Ha ocurrido en la “Mensa Vaticana”, donde almuerza el servicio de la Ciudad del Vaticano. El Papa Francisco ha pedido a un grupo de trabajadores que le hicieran un sitio en la mesa.
El Papa argentino «comió la pasta en blanco y merluza», contó Panini. Jorge Mario Bergoglio se presentó «como el más humilde de los obreros», «nos presentamos, nos preguntó cómo estábamos, qué trabajo hacíamos, nos felicitó…». Al final del almuerzo, el Papa «nos dio la bendición, se tomó una foto con nosotros y se fue». La visita duró alrededor de una hora.
El Papa Francisco se presentó hoy por sorpresa en el comedor del Vaticano, tomó personalmente sus alimentos y se sentó en medio de un grupo de empleados con quienes compartió el almuerzo.
Poco antes de las 13:00 hora local (11:00 GMT) el pontífice apareció en el lugar apenas acompañado por un guardia de traje y se dirigió a un largo mostrador donde tomó su bandeja como el resto de los presentes.
(Vino) normalmente, como el más humilde de los obreros. Se presentó aquí, tomó la bandeja, los cubiertos, hizo la cola y se sirvió. Comió la pasta en blanco (sin salsa) y merluza”, contó a la radio Vaticana Franco Paíni, chef del comedor.
“La pasó muy bien: rodeado de su gran familia (…) Nos presentamos, nos preguntó como estábamos, cómo trabajábamos, nos felicitó, estuvo muy bien”, agregó.
Una vez elegidos los alimentos, Jorge Mario Bergoglio se fue a sentar en medio de un grupo de empleados vestidos todos con uniforme de trabajo azul y con ellos dialogó mientras almorzaba.
Inmediatamente comenzaron a circular por las redes sociales fotografías del Papa, vestido de blanco, sentado entre los obreros y conversando con ellos, en torno a una larga mesa rectangular.
Casi una hora después Francisco dio la bendición a todos los presentes, se tomó una foto con ellos y después se fue.
“¡Fue una sorpresa! ¡Un rayo en día de sol! ¿Quién lo esperaba? ¡El Papa que viene a comer con nosotros! Nos tomó a todos desprevenidos, pero fue una de las grandes satisfacciones que pueden pasar”, apuntó el chef.
«Perdóneme –se disculpó el chef del comedor a los micrófonos de Radio vaticana– es que sigo emocionado, ¿eh?». La presencia de Bergoglio «¡fue una sorpresa! ¡Justo como un rayo en el cielo sereno! ¡Quíen se la iba a esperar! El Papa que viene a comer con nosotros… Eh, nos encontró desprevenidos, pero fue una de las más grandes satisfacciones que te puedan pasar…».

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