viernes, 7 de enero de 2011

"Babel News Arte": Horacio Cardo en el Museo Castagnino de Mar del Plata

Horacio Cardo: Cronología resumida
Colaborador regular del New York Times y Clarín, sus trabajos aparecieron simultáneamente en los medios más prestigiosos del mundo, como el Washington Post, Los Angeles Times,2e Wall Street Journal,2e Chicago Tribune, Time, BusinessWeek, Playboy, Bloomberg,2e Nation,2e New Yorker, Newsweek, LeMonde, the International Herald Tribune,2e Progressive, entre muchos otros. Colaboró como free-lance para CBS Records yMobil e ilustró posters para películas y obras de teatro de Broadway. Realizó cubiertas de libros para un sinnúmero de editoriales. Su primer trabajo en ese campo, siendo un adolescente, fue la ilustración del hoy casi inhallable El Compadrito, de Jorge Luis Borges y Silvina Bullrich, y son de destacar las alrededor de sesenta tapas realizadas para la Editorial Planeta conjuntamente con el diario El Mundo, de España. Expuso en la Columbia University de New York, en la Harvard University, varias veces en la Society of IllustratorsMuseum of American Illustration de New York, en el Art Center College of Design de Pasadena, California, en Viena,Canadá, Bélgica y, recientemente, en el Teatro Argentino invitado por la Dirección de Arte y Cultura de la Universidad de La Plata, en el Centro Cultural Recoleta, y en elMuseo Dámaso Arce de Olavarría. Ha recibido más de veinticinco premios nacionales e internacionales, y fue postulado para el prestigioso Premio Pulitzer, convirtiéndose así en el único ilustrador nominado para el mismo.

Horacio Cardo y el diálogo con la realidad

Mi alimento es todas las cosas.

El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.

Debo justificar lo que me hiere.

Soy el poeta.

Jorge Luis Borges. “El cómplice”, en: La cifra, 1981.

La actualidad es un material efímero que sólo se aquieta cuando trasciende en valores, cuando deja de lado lo urgente para recuperar profundidad, sutileza y humanidad. Horacio Cardo es un lúcido testigo de nuestra época que se alimenta todos los días de la actualidad, y que atrapa en sus trabajos momentos con los que a su vez nos alimenta el alma. Estos trabajos son testimonios, reconstrucciones de conciencia que develan la verdadera naturaleza de las cosas y las personas, reflexiones del artista sobre la vida, la violencia y la política.

En general, al hablar de un testigo nos referimos a quien ha estado presente y ha visto un acontecimiento. En ese sentido, Cardo es testigo de la crisis del mundo contemporáneo, y no deja de preguntarse a través de sus trabajos acerca de los mecanismos secretos que mueven a la humanidad, sus intereses, sus temores y sus deseos. Porque sus imágenes, dinámicas, sombrías y gestuales, establecen una relación dialógica con la realidad pero sólo para alimentar sus propias obsesiones temáticas, que ponen en el centro siempre la condición humana. Son sueños que develan las tentaciones y el desconcierto del hombre ante la existencia. En cada obra pueden verse detalles que el artista va dibujando y desdibujando, a la vez develando y ocultando.

Cardo juega con los contrastes, tensa las figuras, obliga al espectador a caer en un juego visual en el que inmediatamente se desatan preguntas. Tal vez por ello, porque están hechas de preguntas, sus imágenes parecen estar en constante movimiento, en estado de mutación permanente, como si cada una fuera la ventana a un proceso de creación. A través de la mano de Cardo la realidad se manifiesta como un conjunto dinámico que opera en el interior de esas imágenes, cuyo carácter expresionista irrumpe hacia el espectador. En sus figuras se conjuga la descripción de las formas con un permanente atentado contra todas las leyes del naturalismo, lo que refuerza el clima dramático que atraviesa toda su obra.

Este artista argentino, que desde hace más de treinta años nos cuenta la actualidad desde las páginas del diario, con numerosos premios y reconocimientos tanto en Argentina como en el exterior, nos habla en sus trabajos de nosotros mismos, de nuestra propia vida, en una permanente reinvención de su código expresivo que rompe con toda previsibilidad. Quizás sea su oficio de ilustrador el que le permite tomar distancia de lo anecdótico, lo fugaz, para contemplar la realidad como un conjunto en el que encuentra ritmos y armonías, y al que nos devuelve para llevarnos a la reflexión.

Mariela Alonso

Profesora en Letras y en Historia del Arte, UNLP.

Mariela Alonso

Directora
Grupo Babel Arte
www.grupo-babel.com

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