A 23 años, la causa por el atentado a la Embajada de Israel
Hoy
es un uevo aniversario del atentado que dejó 22 víctimas fatales y
cientos de heridos; pese a que la causa tomó impulso en 2006 gracias a
un fallo de la Corte, aún se está lejos de la verdad
Fuente: Archivo
Aunque hacen 23 años que sucedió el atentado
a la Embajada de Israel; la causa judicial que lo investiga, aún hoy,
no tiene pistas firmes, ni detenidos, y su expediente -de más de 250
cuerpos- está plagado de imprecisiones. Un ejemplo para ilustrar esto: en 1999 la Secretaría Especial creada para seguir el caso -7
años después de ocurrida la explosión- afirmó que la cantidad de
víctimas fatales fue de 22 personas, y no de 29 como se dijo en un
primer momento.
Por ser
un crimen cometido contra una embajada, solo la Corte Suprema de
Justicia de la Nación (CSJ) tiene jurisdicción en el caso y es ella
quien debe estar a cargo de su investigación. Desde la Secretaría
indicaron que por orden del
presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, se encuentran “trabajando en
el expediente” y que mantienen en reserva los detalles de la causa por
razones de “secreto de sumario”.
Durante esos primeros años la causa estuvo liderada por Ricardo Levene -por entonces presidente del máximo tribunal, hoy ya fallecido- quien, sin explayarse sobre los fundamentos, rechazó todos los pedidos presentados por los familiares de las víctimas -querellantes y únicos impulsores de la causa- para que le tomaran declaración a los policías de la Federal que ese día se ausentaron de la custodia (porque se retiraron antes o porque llegaron después). Tampoco se hizo lugar a los pedidos para convocar a los integrantes de la empresa encargada las obras de remodelación en el edificio.
Cuatro años después del atentado, Levene abonó la teoría de una implosión como origen de la explosión y desató el escándalo. Los peritos de la Policía Federal, la Superintendencia de Bomberos y el Departamento de Explosivos ya habían descartado la posibilidad de que la bomba hubiera sido accionada adentro de la embajada y, al poco tiempo, los peritos indicaron la presencia de una camioneta cargada con explosivos como el origen de la detonación.
La investigación
El
expediente 143/1992 ingresó a la Corte Suprema el 24 de marzo de 1992,
caratulado como “sumario instruido en la comisaría 15 por averiguación
de los delitos de explosión, homicidio y lesiones calificadas y daños
con motivo del atentado a la embajada de Israel”.
Video: Imágenes televisivas de momentos posteriores a la explosión
Durante esos primeros años la causa estuvo liderada por Ricardo Levene -por entonces presidente del máximo tribunal, hoy ya fallecido- quien, sin explayarse sobre los fundamentos, rechazó todos los pedidos presentados por los familiares de las víctimas -querellantes y únicos impulsores de la causa- para que le tomaran declaración a los policías de la Federal que ese día se ausentaron de la custodia (porque se retiraron antes o porque llegaron después). Tampoco se hizo lugar a los pedidos para convocar a los integrantes de la empresa encargada las obras de remodelación en el edificio.
Cuatro años después del atentado, Levene abonó la teoría de una implosión como origen de la explosión y desató el escándalo. Los peritos de la Policía Federal, la Superintendencia de Bomberos y el Departamento de Explosivos ya habían descartado la posibilidad de que la bomba hubiera sido accionada adentro de la embajada y, al poco tiempo, los peritos indicaron la presencia de una camioneta cargada con explosivos como el origen de la detonación.
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